Niña, niña de mis
ojos, hoy te entrega mi alma…el dolor de mí corazón.
Solo para ti son oh
niña mis desgracias, mis desdichas; son para ti mis aflicciones, que corren y
corren buscándole una respuesta a la vida, a la vida que a veces no quiero
vivir, pero que el tiempo la hará marcharse
Te entristeces oh
niña, cuando los recuerdos nos devuelven las ilusiones que nos quita el mundo
y los momentos en que se puede ser feliz se desvanecen como el humo.
Niña lloras, niña
sufres, porque el amor es más intenso cuando hay dolor y entrega de uno mismo, niña
te has ido, niña te has marchado...adiós mi niña.
El
Autor:Isaac Gätjens
No hay comentarios:
Publicar un comentario